por Artemio Villanueva
De la ciudad de San Lorenzo surgieron verdaderas estrellas del fútbol, quizás no muchas, pero lo necesario para dejar un precedente incuestionable de que eran buenos jugadores. De entre ellos un día Osvaldo Aquino (h), de la mano del padre, empezó a tocar y hacer paredes en los partidos con el mismo papá: ‘‘Fue un buen jugador y llegó a jugar en el Sportivo San Lorenzo, enseñándome mucho para que yo pudiera llegar algún día a demostrarle que no en vano fueron sus enseñanzas’’, se sinceró.
Fue anecdótico e histórico todo esto: padre e hijo jugando juntos.
Y el fuerte, técnico y veloz puntero causaba estragos en la defensa rival jugando por el Atlético Triunfo, su primer club. Luego pasó al Sportivo San Lorenzo, en donde transitaría un buen tiempo para ‘‘ir formándome mejor’’, para pasar luego al Teniente Cabello de Carapeguá (1972), retornando para enrolarse en el club Guaraní (1973). Varias instancias futbolísticas decisivas para su formación, esperando conseguir el objetivo deseado.
UN CRACK EN EL REY DE COPAS
El club Olimpia gusta del juego de Aquino y lo lleva al bosque de Para 1. Escaso de punteros, buscaba uno bueno. ‘‘Llegué al Olimpia para jugar de 7 y en el año 1975 ya saboreaba mi primer título. Pero luego hubo una espera de dos años, en donde ni segundos entramos, y arrancamos en 1978 camino al hexacampeonato’’, narró.
En esas instancias las cosas cambiaron. ‘‘Tuve que pasar a jugar de 11 porque llegó al club el gran Evaristo Isasi; entonces me pasaron a la otra punta y con el correr del tiempo el profe Cubilla me descubrió un nuevo puesto: pasé a ser el 11 mentiroso, iniciando ahí mis mejores partidos en el mediocampo’’, enfatizó.
Aquino tomaba la manija en el medio sector tejiendo hermosas jugadas junto al gran Hugo Talavera y otros fenómenos que en esos años le dieron la mayor gloria al Olimpia en su largo historial. El Rey de Copas demostraba por qué era el mejor del país, del continente y del mundo. ‘‘Tuve la fortuna de integrar uno de los más grandes equipos que tuvo el Olimpia en su historia’’, afirmó.
El HEXACAMPEONATO (1978 al ’83) fue la muestra más clara de la calidad de los futbolistas que tuvo el Olimpia en su plantel, coronando en esos años otros grandes logros: ‘‘La Copa Libertadores de América, la Intercontinental, la Copa Interamericana y otras confirman aquellos momentos estupendos’’, nos dice.
EL ADIOS Y EL HOY
Cuesta mucho decirle adiós al fútbol, pues pesa y duele, y más si uno tuvo mucha trascendencia y prácticamente lo ganó todo, pero la vida es así en esta profesión y hay que aceptarla. La vuelta olímpica en los torneos locales, el título de campeón Juvenil Sudamericano invicto (1971), el hexacampeonato con el Olimpia, la Copa América del ’79, Copa Libertadores de América, campeón Intercontinental y otros conforman el recuerdo feliz de un pasado no tan lejano.
Aquel Osvaldo Aquino fue factor importante en cada jornada local e internacional. Sanlorenzano de pura cepa, que un día jugó al lado de su padre (+), ‘‘mi maestro y precursor de mi fútbol’’, nos decía, para llegar a trascender como lo hizo con el Olimpia de Asunción.
Y ‘‘el adiós llegó en el año 1985 en el club Cerro Corá, cuando junto a Hugo Talavera, Flaminio Sosa y otros fuimos a jugar ahí’’, recordó. Hoy el fútbol de Aquino está apegado a las franjas negra y blanca vertical: ‘‘En el Libertad se está realizando un buen trabajo. Junto a Miguel María Michelagnoli, el ‘profe’ Cubilla y otros profesionales interesantes estamos por buen camino’’, afirmó.
La vida continúa, el fútbol con su atracción nos retorna hoy al pasado y entremezclado con el presente vamos eludiendo al tiempo. Aquel tiempo pasado de Osvaldo Aquino para él (y otros) ‘‘fue lo mejor’’, y con justa razón lo afirma, y recordamos aquel primer gol que le hizo al ‘‘Loco’’ Gatti, extraordinario arquero argentino (ex Boca Juniors y Ríver Plate), abriendo el camino para aquella primera vuelta olímpica ‘‘que se dio luego en la Bombonera’’, nos decía en la despedida.
ALGO MAS PARA CONTAR
Inicio: Club Atlético Triunfo del barrio Lucerito de San Lorenzo (1968). Otros clubes: Sportivo San Lorenzo (inferiores y Primera División), Manuel Cabello de Carapeguá (1972), Guaraní de Asunción (1973), Olimpia (1974 al 84), Sportivo San Lorenzo y Cerro Corá de Campo Grande (1985).
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Selección paraguaya: Sudamericano Juventud de América Juvenil (1971), Preolímpico 1971 jugado en Colombia. Selección de mayores desde el año 1974 en adelante.
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Títulos: Selección paraguaya: Campeón Juvenil 1971 invicto y campeón Copa América 1979.
A nivel de clubes: Teniente Manuel Cabello de Carapeguá (1972) y con el Olimpia una maratónica serie de triunfos: Campeón en 1975, hexacampeón desde 1978 al ’83; campeón Copa Libertadores de América en 1979, Intercontinental y Copa Interamericana Concacaf, San Salvador, en 1980.
Medalla de oro premio ‘‘López de Filippi’’, en 1976, como mejor jugador del Olimpia.
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Característica: Velocidad, técnica, goles, inteligencia y mucho temperamento. Estatura: 1,69. Peso: 73 kilos. Puesto: puntero derecho e izquierdo (‘‘luego pasé a jugar de 11 mentiroso a pedido del profesor Cubilla’’, manifestó).
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Actualidad: ‘‘Continúo en el cuerpo técnico de Libertad. Se están encarando muy bien todos los trabajos buscando grandes logros’’, acotó.
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Otros: Como DT hizo un curso en la Academia de Fútbol Mundial Juvenil FIFA Coca Cola 1987/89. Llegó a dirigir varios clubes: Inferiores de San Lorenzo y en el interior del país. Campeón con el Atlético Triunfo de San Lorenzo.
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Osvaldo Aquino (h) forma parte de la gran HISTORIA de nuestro fútbol, mezclado en los años gloriosos del REY DE COPAS: EL OLIMPIA. ‘‘Con el Olimpia gané todo, como muchos otros compañeros de entonces. Qué más puede uno pedirle al fútbol y su magia. Todo fue inolvidable y hoy es una historia latente todavía’’, sintetizó.
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Aquel puntero que comenzó jugando al lado ‘‘de mi papá; él jugaba de 10 y yo de 11 (en el Atlético Triunfo), conformando una dupla temible. ‘‘Gracias a mi padre, fallecido hace poco, pude ser lo que fui como jugador’’, enfatizó.
Pero Aquino Acuña comenzó el despegue a la gloria en el año 1974: ‘‘Hice dos cosas importantes en mi vida: me casé y pasé a jugar en el Olimpia’’, puntualizó.
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Otro sanlorenzano pasaba a ser el orgullo de la Ciudad Universitaria, porque muchos valores que surgieron en San Lorenzo pasaron a ser figuras relevantes en grandes clubes capitalinos. Luis Ivaldi, Osvaldo García, Ireneo Chamorro y otros que brillaron como Osvaldo Aquino (h) prestigian al fútbol paraguayo.
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Un gol inolvidable: ‘‘El primero que le hice a Boca Juniors en el Defensores del Chaco en el ’79. Ganamos 2/0 en el partido de ida (el segundo tanto fue el del uruguayo Piazza) y empatamos 0/0 allá en la ‘Bombonera’ para dar la vuelta olímpica y gritar a todo pulmón que éramos campeones de la Copa Libertadores de América’’, recordó.
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Anécdota: ‘‘Jugábamos ante un equipo brasileño por la Copa Libertadores de América y el profe Cubilla me recordó que le molestara a Eder con palabras, ya que era muy nervioso y Solalinde empezaba a tener problemas con él. El brasileño era temperamental. Me acerqué y le dije algunas cositas; al instante reaccionó y me aplicó un puñetazo que me hizo volar un diente. Fue expulsado y el juego no se reanudaba, ya que el árbitro estaba esperando mi retorno. Me llamó y al ingresar de nuevo me mostró la roja. ‘¿Por qué?’, le increpé, contestándome al instante: ‘Porque usted se pasó insultándole’, historió, sonriendo.
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El GRAN OLIMPIA de los años ’70 y ’80 sigue firme en el recuerdo de sus directivos y jugadores, que siguen añorando aquellos momentos gloriosos en ‘‘donde ganamos todo’’, nos dijo una de las estrellas de entonces: OSVALDO AQUINO.
Fuente: http://www.albirroja.com/history/viejo/o_aquino.html